01/01/09 Florencia
Luego del desayuno, me dejé atrapar por la ciudad. Conocí a Ana María Luisa Medici y su historia con relación a la ciudad. Me topé con el busto de Dante Alighieri y confirmé su importancia como literato. También visitamos piazza di Santa Croce, donde hasta ahora se suelen jugar encuentros de futbol agresivo y sitio de inundaciones, y por último la piazza de la Signora, donde se encuentra la fuente de Neptuno, la estatua de Perseo y Medusa en bronce, el” rapto de las sabinas” con su movimiento helicoidal y un torreón con incrustaciones de flor de Liz similares a las de los boys scout.
Sandro Botticelli (alumno de Lippi) con “El nacimiento de Venus” y “La Primavera”. Estos 2 cuadros son los más famosos del renacimiento Florentino. Su obra se caracteriza por la delicadeza de sus rostros, sus gestos y detalles decorativos. Recuerdo haberme sentado frente al inmenso cuadro de “La Primavera” para poder apreciar la atmósfera creada por la combinación de trazos y colores. Mercurio, las Tres Gracias, Flora, el travieso Cupido, Céfiro dios del viento benigno y la ninfa Cloris que danzan entorno a Venus, eje central de la composición. Finalmente vemos que los personajes se sitúan en un paisaje con naranjos, tradicionalmente relacionados con los Medici. Por su parte, el nacimiento de Venus describe la llegada de esta diosa movida por una concha a una isla. La diosa es empujada por el solpo de los dioses alados entre una lluvia de flores. Los cabellos de Venus son impresionantes y se mezclan con el cuerpo desnudo de la diosa acariciándola ligeramente
También pude observar algunos cuadros de Leonardo da Vinci con “La Anunciación”, donde destaco sus paisajes espectaculares. De Rafael me gustaron sus retratos. Tiziano me mostró su “Venus de Urbino” y “Flora”. Aunque no logré ver nuevamente el retrato de un viejo con barba de Tintoretto (Alumno de Tiziano) que vi en el Guggenheim de Bilbao, pude ver “Leda y el cisne”. De Miguel Ángel pude ver Tondo Doni o “Sagrada Familia”. De Rafael la “Madonna del jilguero”. Finalmente los frescos con alusiones a personajes mitológicos que cubren la mayor área del cielo raso de la galería merecen una recomendación aparte.Desde el inicio de nuestra visita a Florencia queríamos presenciar el atardecer. No era una tarea tan complicada así que al salir de la galería decidimos enrumbarnos hacia la plaza Miguel Ángel en una colina cercana de las laderas del Arno. Recuerdo que el tiempo estaba despejado y no hacía mucho frío, solo algo de viento. En unos minutos pudimos ver el atardecer desde la colina, lo que sumado a todo lo visto esa tarde me cautivó. La vista del río surcado por diferentes puentes en arco en contraposición de la cúpula del Duomo se ha estampado en mi memoria como uno de los mejores recuerdos del viaje.
Esa noche al retornar al hotel estaba tan cansado que recuerdo que me quedé dormido en el bus. Al siguiente día teníamos que ir a Pisa, así que era necesario descansar temprano y reponer energías. Recuerdo haber despertado 2 horas más tarde con un intenso olor a perfume cerca de mi almohada.