Visita a Roma

30/12/08 Roma

4am.Bus Estació Nord Barcelona.5 30am.Bus al aeropuerto de Girona.8 30am .Vuelo a Roma Ciampino.10 am Bus a la estación Termini.11 am Encontré a Patrizia, mi compañera de viaje en la estación de trenes.1 pm Arribamos al hotel luego de perdernos cerca de la villa olímpica y conocí a Yee y otra amiga.3 pm Visitamos el Coliseo Romano pero no pudimos entrar ya que había demasiada gente. Me sentía emocionado.

Al caer la tarde caminamos rodeando el Foro romano con Yee y su amiga, Patrizia y yo. Este Foro fue el eje de la vida política, religiosa y comercial de la antigua ciudad que a partir de las guerras púnicas adquirió monumentalidad gracias a la construcción de templos y basílicas. Noté que el sol nuevamente estaba de mi parte, ya que al igual que en pamplona las predicciones para esos días no eran tan alentadoras. Estaba caminando en la capital del mundo antiguo.

También nos topamos con La Plaza del Campidoglio, donde se respira la obra de Miguel Ángel que cerró esta plaza con 3 palacios y una escalinata donde resguardada por Los Dioscuros, hijos gemelos de Leda y Zeus que se transformó en cisne para seducirla. Allí conocí a Marco Aurelio, el quinto de los “5 Bueno Emperadores” en una estatua ecuestre.

Plaza de Venecia

Luego Visitamos la “Fontana di Trevi”. Usualmente se solía construir una fuente para marcar el final de un acueducto que traía agua a la ciudad, y esta no es la excepción. En esta fuente pude ver a Neptuno (Poseidón en la mitología Griega) domando a los hipocampos. Recuerdo el sonido de mi corazón latiendo con mucha fuerza aquella noche. Pensaba que esta fuente era mucho más pequeña, pero las estatuas, el ambiente y agua eran un espectáculo admirable. Arrojé mi moneda para volver a Roma.

En la Fontana Navona y encontré un guitarrista que toco “Stairway to heaven”, recordé mis primeras épocas tocando guitarra, cuando trataba de tocar esa canción y no contaba con la técnica suficiente para lograrlo. Las emociones venían una tras otra como un caudal que me inundaba, era necesario dosificar. Por último visitamos el vaticano y la Iglesia de San Pedro, nuestro siguiente destino. Una vez agotado, a dormir.

Río Tévere

31/12/08 Vaticano y Coliseo Romano

Al llegar a la Iglesia de San Pedro sientes como si las enormes columnas te abrazaran. Una vez dentro, las cúpulas circulares y elípticas multicolores, la majestuosidad de los acabados y decoraciones me transportaron por unos instantes. Recuerdo que cuando ingresé al compartimiento donde se encontraba la Eucaristía, me senté por unos minutos en busca de paz interior. Conversé conmigo mismo durante cierto tiempo y pedí por mi familia. Salí de la sala y seguí recorriendo. Hace meses que no pisaba una iglesia en búsqueda de alimento espiritual así que aproveché para hacerlo ese día. Al salir me encontraba con paz. Vi desde otra perspectiva la plaza.

Tuve la intención de ingresar a la capilla Sixtina, pero había demasiada gente haciendo cola, así que nos decidimos por visitar el Coliseo Romano. Para ser sincero, el no estaba totalmente convencido de mi ingreso al Anfiteatro Flavio o Coliseo, ya que dada su antigüedad pensé que no me iba a impresionar. Felizmente me equivoqué. Un coliseo que funcionó durante 500 años con capacidad para 50000 personas y que recibe 5.5 millones de turistas anualmente

Ahora conozco la importancia del recinto en épocas antiguas, la clase de espectáculos que ofrecían y la influencia de los romanos en la humanidad, en la ingeniería sobre todo estructural. Siempre recuerdo a LeCobusier cuando describía un gran viaje que realizó hacia Atenas justo al cumplir los 24 años y toda la emoción que experimentó al visitar esa ciudad. Ahora, a mis 24 años estaba caminando entre los arcos del Coliseo Romano y me sentía pleno de felicidad.

Nunca hice planes para recibir el año nuevo de una manera especial. Estaba muy sereno y ligeramente cansado como para hacer algo especial o atravesar la ciudad en búsqueda de una buena fiesta. Recuerdo que al salir del coliseo, fuimos hacia piazza España a beber unas copas y probar el vino de la región. Había mucho ambiente, pero luego de hablar en inglés por 2 días, necesitaba hablar algo de español por unos momentos. No es lo mismo hacer bromas para reírte un momento en inglés que en español…Así que al final decidí ir a recibir el año nuevo en las afueras del Coliseo con mi compañera de viaje, donde había un concierto de un artista que no conocía, pero como la atmosfera era buena y había mucha gente con ganas de pasarla bien, nos sentamos cerca de una vía. Suelo pensar en el año que se pasó y proyectar nuevos retos para el siguiente, pero esta vez mi cabeza no quería saber nada de nada. Conversamos por unos minutos esperando el arribo de las 12 bebiendo un vino, cuando de repente mi amiga de desinfló y comenzó a llorar. Tenía sus razones y comprendí lo sucedido, pero en una circunstancia como esta la verdad no sabes cómo actuar o que decir. Por un lado estás emocionado, extraño y la melancolía se apodera de ti. Creo que puedo contemplar muchos paisajes, cuadros y vistas, pero es difícil contemplar a una mujer que llora en tus brazos. No llegué a llorar, aunque tal vez hubiera descargado todas mis emociones y sentimientos a flor de piel. A los pocos minutos paseamos por el Foro romano y decidimos partir en búsqueda de un lugar para bailar. Al instante siguiente estaba retozando en mi cama y eran las 11 am del 01 de Enero del 2009.

01/01/09 Partida a Florencia

Este día luego de depositar el equipaje en la estación de trenes Termini, partimos a callejear por la ciudad. Éramos 4 nuevamente y el inglés se apoderó del ambiente. Aquella tarde llovió, me mojé las botas, nos perdimos y me topé con un nuevo olor mágico.

Caminamos por el Panteón y su cúpula de 42 m, con columnas inmensas y cientos turistas pululando por ellas. Pasamos nuevamente por la Fontana di Trevi, que lucía diferente de día. Neptuno resaltaba con más fuerza de las aguas. Retornamos a la estación de trenes y partimos con rumbo a Florencia con una ligera congoja por la ciudad que dejábamos atrás.