182 veces, son el
número de predicciones del fin del mundo que se han difundido hasta la fecha
(desde -364 A .C.).
Si incluímos las predicciones del papa Silvestre I, que infundió el miedo entre
los creyentes y pecadores con el objetivo de recaudar fuertes sumas, el ratio
de predicciones aumenta a una cada 6 años y medio.
El miedo,
personaje pintoresco, que no lo vemos, no lo escuchamos, pero que siempre está
allí limita y mucho. No deja dormir, no deja concentrarse, no deja la mente en
paz y la paz es importante.
El miedo como
arma ha sido usada por la raza humana desde tiempos inmemorables y a mi parecer
será usada por los siglos de los siglos ya que está ligada a los sentimientos,
al comportamiento, a una amenaza.
Debo ser sincero,
existen muchas ocasiones en las cuales tengo miedo. Por lo general soy muy
ansioso y me muerdo las uñas y eso se genera por la tensión, de llegar a la
hora, de hacer lo que se debe, de cumplir con los plazos, etc. Cada día es una
fuente inagotable de experiencias que generan miedo, temor y ansiedad. Es por
eso que prefiero tomarme mi tiempo, prefiero tener un margen de maniobra,
prefiero hacer las cosas lentamente pero seguro, prefiero actuar con cuidado y
mantener la calma ante todo, así aunque no se haya anunciado, llegue el fin del
mundo.
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