sábado, 26 de septiembre de 2009

Cuarto viernes de Septiembre 2009

Ayer fue mi cumpleaños numero 25. Pensaba hacer todas las cosas que más me gustan, cosas simples que me llenen de alegría. ¿Qué es la vida sino alegría? Escuchar la música que me gusta, los sonidos del viento en la cara, las cuerdas de unas guitarras, el boom de la batería. Comer lo que más me gusta. Una buena ensalada. Beber lo que me gusta, ver a la gente que me guste. Leer lo que me gusta, oler, reír por todos los poros, volar por los aires y caer, subir algunos escalones y contemplar. Caminar por la playa que más me gusta, el sol que me encanta, saludar al cielo azul que más me gusta, pisar la arena, caerme, tropezarme, levantarme y volver a caer para reír, para reír. Que tal una cerveza o dos, un chiste, una broma, una goma, un bocata que me guste, las imágenes que más me gustan, las estructuras que me atrapan, la bicicleta y la gente que más me gusta. Los fuegos artificiales sobre los aires, los colores, los sabores y reacciones. Hablar de lo que me gusta y sentirme a gusto.


Nada pudo ser posible sin el tiempo.
Gracias tiempo, por ser mi guardián.
Gracias agua, por recorrer tantos caminos.
Gracias fuego, por mantener vivo mi espíritu.
Gracias Pachamama, por el respeto.
Gracias viento, tu que soplas incansable sobre las olas, inmutable.
Gracias a las rocas que me soportan día tras día.
Gracias a las aves, los peces y los mamíferos, mis tiernos compañeros desde la infancia.
Gracias al universo por estar siempre allí.
Gracias imaginación, por hacerme caballero andante.
Gracias a la gravedad por jugar siempre conmigo y mantener vivo mi sentido del humor.
Gracias velocidad por llevarme donde nunca antes.
Gracias música, por las inagotables horas sublimes y por sonar al compás de mi corazón.
Gracias colores, por darme los despertares más maravillosos.
Gracias cuerpo, por ser mi compañero incondicional.
Gracias sentidos, por permitirme sentir el atardecer.
Gracias cielo azul por enseñarme a ser paciente.
Gracias a los bosques, los lagos, praderas y colinas.
Gracias Madre naturaleza, por guiarme en los senderos de mi corta vida.
Gracias montaña, por cuidar de mis espaldas.
Gracias a los ríos, mis más grandes maestros.
Gracias puentes por hacer posible la unión.
Gracias arte, por hacerme derramar tantas lágrimas.
Gracias vida, por la confianza infinita.
Gracias al lenguaje, la ciencia, y la ingeniería por mostrarme la pasión.
Gracias a la gente, las ciudades y sus parques, los inmóviles parques.
Gracias Apus, por las lecciones de la vida y espíritu.
Gracias alma, por la transparencia.
Gracias Barcelona y gracias Franco.


1 comentario:

Anónimo dijo...

poético, nostálgico y esperanzador, todo en un día, todo en post.
Que sea este un buen año nuevo de vida para ti François, saludos