Adeu Don José,
Adiós querido amigo. Pensar que esta misma tarde estarías recostado en tu hamaca viendo el mar de Lanzarote. Pensar que nos has enseñado tantas cosas vitales. Siempre te recordaremos querido amigo, sí todos nosotros, los que seguimos allí en el mismo sitio.
Espéranos con los brazos abiertos, con los ojos abiertos sin ceguera luego de tus 87 abriles. Espéranos querido amigo. Sólo somos aves de paso.
Siempre recordaremos:
No sé nada del asunto y la experiencia directa de haber convivido con cerdos en la infancia y en la adolescencia no me sirve de nada. Aquello era más una familia híbrida de humanos y animales que otra cosa. Pero leo con atención los periódicos, oigo y veo los reportajes de radio y televisión, y, gracias a alguna lectura providencial que me ha ayudado a comprender mejor los bastidores de las causas primeras de la anunciada pandemia, tal vez pueda traer aquí algún dato que aclare a su vez al lector.
Barcelona, 18 de Junio del 2010.
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