martes, 6 de octubre de 2009

Richard Bach, escritor y piloto

P:-¿Qué llama sintió antes, la del vuelo o de la escritura?
R:-Los dos son casi inseparables, aunque con volar soñaba desde niño...Me tumbaba en la hierba , me quedaba contemplando las nubes y me decía a mi mismo " Ojalá pudiera vivir allí". De una manera extraña he podido cumplir ese designio...Siempre he sentido una conexión especial con el cielo. No imagino cómo habría sido mi vida son volar. En el fondo, me gustaría tener el cuerpo de una gaviota y la mente de un ser humano.
P:-¿Vuela a diario?
R:-No desaprovecho ninguna ocasión para volar varias veces a la semana ( y menos en un día tan espléndido como hoy), Vivo en un lugar donde solo se puede llegar en avioneta o en barco. Me gusta sentir que la tierra firme no está demasiado lejos, pero amo esta sensación de vivir en un lugar donde puedo tener fácilmente una vista de pájaro, mirar hacia abajo y emocionarme con la belleza de este planeta, este increible patio de recreo donde vivimos.
P:-¿Y escribe con la misma pasión?
R:-No es lo mismo. Más de una vez he dicho que no disfruto escribiendo, aunque el asunto merece una explicación. Yo creo en la existencia de un autor interior: esa criatura que es la que se inventa las historias y te las va contando. Tú no tienes más que escucharlas e intentar vizualizarlas, y cuando tienes la idea y la imagen suficientemente completa, entonces sí, entonces te sientas a escribirla seis o siete horas diarias, pero no antes. Yo no me considero un autor, sino un escritor.
P:-¿Cuál es la diferencia?
R:-Digamos que , como escritor, me limito a transcribir lo que escucho y veo, y ese trabajo es duro y físico, nada que ver con volar en un avión...Aunque a los mandos de una avioneta también experimentas un curioso desdoblamiento: por una parte, el piloto que controla todo el aspecto mecánico; y por otra, el que contempla el mundo desde la cabina y no cabe de su asombro ante tanta belleza...Volar y escribir pueden ser hastas cierto punto dos experiencias trascendentes. Con las dos puedes entrar fácilmente en eso que llaman la zona, esa sensación de flotar en el tiempo que también experimentan los músicos o los atletas...Aunque cualquiera que sienta una llamada y haga algo que de verdad le apasiona puede entrar en ese estado.
P:-Usted establece habitualmente una relación muy íntima con el lector que va más allá del propiio libro.
R:-No me quiero esconder de mi lector. Quiero decirle: aquí tienes lo mejor de mi humanidad, en este espacio privado que compartimos. Aspiro a ser un espejo para el lector, que vea de algún modo reflejadas sus experiencias, sus triunfos y sus fracasos, que pueda llorar o palpitar conmigo, como ocurre me a mí como lector cuando lloro o palpito con un buen libro. Un buen libro es una ocasión para cambiar tu visión del mundo, o al menos eso pienso yo.
P:-Hay quien define sus novelas como "metafísicas o filosóficas". También se han referido a sus libros como de "pequeño tamaño" y de "largo alcance".
R:-Me halaga esa última defición, aunque la verdad es que mis libros son mucho más largos originalmente. Gran parte de la edición consiste simple y llanamente en cortar.
P:-¿Nno se ha sentido a veces volando solo como escritor?¿A qué otros escritores de su generación siento más o menos cercano?
R:-No tengo muchos amigos escritores ni me relaciono con el mundillo literario, pero Rey Bradbury me viene mucho a la cabeza. El vino des estío es uno de los relatos que te impregnan para siempre. De Ray aprendí también a aplicar a rajatabla mi primer principio cmo escritor: no pienses, deja que las ideas fluyan. El segundo principio es: diviértete. Y el tercero: no te preocupes, sigue el impulso y piensa que la historia te ha venido dada de algún modo, no te preocupes por lo que pueda pensar el editor o tus lectores.Si hubiera tenido a los editores en mi mente cuando escribí Juan Salvador Gaviota, posiblemente habría arrojado el libro por la ventana...
P:-¿Hasta qué punto el mensaje de Juan Salvador Gaviota resuena al cabo de más de tres décadas?
R:-Creo que ese mensaje sigue siendo válido hoy en día: reconoce esa chispa en tí mismo, busca lo que de verdad te apasiona e intenta aportar y manifestar algo bello al mundo. Siempre he creido en el poder del individuo; no me han atraído excesivamente los grupos ni los movimientos de masas.

"Pasado un tiempo, las alas se convierten en una prolongación de los brazos y puedes sentir incluso el aire como si te tocara las plumas. Ésas son mis alas, ése es mi poder. Dejas de pensar que tu cuerpo está aquí y el avión está ahí, te conciertes en una sola criatura, una criatura voladora"

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