Al llegar a Hamburgo noté ante mis ojos perplejos dos puentes lenticulares que sólo los había visto en fotos. Felizmente no nos perdimos por las calles ya que al estar por primera vez en una ciudad alemana las calles se veían con nombres extraños y nada familiares. Recuerdo que nos recibió un tio muy amigable, fuimos de fiesta, vimos fuegos artificiales y disfrutamos del primer fin de semana del viaje. Hamburgo nos demostró que para ser una ciudad que caso no la incluimos en nuestra ruta tenía mucho por ofrecer. Dos lagos, mucho ambiente y unos sitios super underground que nos hicieron recordar que estamos en Alemania.
El equipo de futbol del barrio...plop
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